domingo, 27 de octubre de 2013

MAMÁ, YO QUIERO TRABAJAR EN GOOGLE


En un momento en el que el nivel de paro en nuestro país se mantiene en cifras terribles, pocos nos planteamos cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo. Como mucho, nos preocupamos por intentar mantener nuestro puesto de trabajo.
Todos sabemos que las estadísticas reconocen que durante la crisis los índices de absentismo en el trabajo se han reducido notablemente y que las sucesivas reformas laborales han añadido inestabilidad des del punto de vista del asalariado.
Algunas empresas con la que muchos hemos crecido, como Panrico o Fagor, están al borde del abismo, y esto nos hace pensar que todo aquello que parece sólido, en unas determinadas circunstancias, se puede convertir en algo insostenible.
Recuerdo cuando muchas “madres” se alegraban de que sus hijos hubiesen “sacado una plaza” en una caja de ahorros, …un trabajo para toda la vida, decían. Muchas de esas entidades ya no existen, están intervenidas y han realizado duros recortes de plantilla. Bueno, si el hijo en cuestión había llegado a Consejero Delegado, Presidente o similar, seguramente ha dejado su puesto pero con los bolsillos más llenos.
Toca replantearse todo, adaptarse a un entorno difícil e inestable, incluso reinventarse a uno mismo, ya sea dentro de tu propio trabajo o forzado a una reconversión hacia al autoempleo por la pérdida del puesto.
Sea como sea, sorprende todavía ver ranquings de las empresas más valoradas para poder trabajar. En el caso de nuestro país, se cita a BBVA. Tiene mérito en tiempos en los que los Bancos no tienen su mejor imagen para el ciudadano.
Y cuando miras al exterior, todavía te sorprende más ver que hay empresas como Google, que además de mimar salarialmente a sus 8.000 empleados de la sede del grupo en Mountain View, les ofrece comida gratis durante las 24 horas, todos los días de la semana.
Pueden escoger entre 18 comedores, atendidos por 300 cocineros profesionales que a su vez son coordinados por 7 chefs de "reconocido prestigio". ¡Un paraíso para los comilones!

 
A esta libertad culinaria se añaden otra serie de ventajas: gimnasios, masajes, tintorerías, peluquerías, rocódromos, etc.  Y todo gratis.
Pero incluso ésta ventaja se puede tornar en problema: los responsables de Google están preocupados porque esta disponibilidad de comida lleve a sus empleados a comer más de lo necesario y con ello, al sobrepeso ( y a una menor productividad???). Por ello han puesto en marcha la “dieta Google”, con algunas medidas encaminadas a una dieta saludable. De hecho el único lugar donde hay que pagar algo es en las máquinas expendedoras de dulces.
Vaya, si así no se levanta uno con mejor humor los lunes para ir a trabajar …pues ya me dirán…