¿LOS JEFES TAMBIÉN CONCILIAN?

Siempre que leo una entrevista a algún alto directivo, pienso lo mismo: ¿cómo conseguirán conciliar su vida profesional con su vida familiar?
En la mayoría de los casos, tan sólo me basta con leer la totalidad de la entrevista para llegar a una conclusión: no lo consiguen. Bueno, tal vez sólo lo consiguen aquellos que no tienen familia, claro.
El resto, para conseguirlo deberá renunciar alguna actividad  laboral, a sacrificar parte de ese preciado tiempo en pro de su familia. Es cuestión de prioridades. Y, créanme, no es fácil.


Después de leer muchas entrevistas de este tipo, he llegado a la conclusión de que hay 3 tipos de directivos:
  •  Aquellos que se declaran ocupadísimos, pero que todo el resto del escaso tiempo que les queda lo dedican a su familia y a éstas, parece ser que les resulta suficiente (claro que en la entrevista no se les puede preguntar a las familias…)
  •  Los que dicen que simplemente se trata de saber organizarse. Con estructuras horarias muy detalladas y pautas de conducta preestablecidas.
  • Y unos pocos que declaran que simplemente lo intentan, pero que dejaron de sentirse culpables hace tiempo.
Todos ellos declaran soportar largas jornadas de trabajo, la mayoría aderezadas con viajes y desplazamientos, largas reuniones, tensión acumulada, etc.  Y claro, todo esto es bastante difícil de compaginar con llevar al cole a los niños, ayudarles a hacer deberes o poderles dar un beso de buenas noches simplemente. Y en la mayoría de los casos estos directivos son hombres. Si se entrevista a una mujer, todavía se hace más hincapié en preguntas sobre la conciliación, como si el periodista intuyese que los cánones femeninos todavía son más difíciles de justificar.

Supongo que la mayoría del público lector de estas entrevistas, pensará que de alguna manera la alta retribución que perciben por ese trabajo les compensa. Y si no, que no se hubieran hecho directivos. Que todo tiene un precio en esta vida y a nadie le pagan cientos de miles de euros anuales a “cambio de nada”.
Además, casi todos los autónomos y pequeños empresarios que conozco, también realizan largas jornadas, pero no suelen ser entrevistados. Para algunos, la conciliación consiste en llevar a su hijo con ellos al trabajo.
De todas maneras, también estoy seguro que muchos directivos de área o mandos intermedios, sacrificarían parte de su remuneración por más tiempo libre, más medidas para flexibilizar sus jornadas.
Todos los expertos nos recuerdan que la productividad no siempre va ligada a horarios más largos, pero a la hora de la verdad, pocos directivos reconocen que quieren irse más pronto a casa. No estaría “bien visto”… sobre todo por sus propios jefes.